Travesía por la nostalgia

Bernardo José Mora
Siempre es personal
2 min readApr 8, 2024

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Lo tengo dicho: a mí me tocan la fibra sensible y ya me tienen ganado para la causa. Los cruceristas, sin ir más lejos. Ya soy todo suyo.

El otro día iba caminando por el Paseo Marítimo cerca del puerto cuando me sobresaltó el sonido de la sirena con la que uno de esos mastodontes marinos que dejan riadas de turistas en la ciudad cada mañana al tiempo que, según se dice, contaminan lo mismo que cien millones de coches se despedía de Palma hasta la próxima. Esta vez no era una serie de bocinazos cualquiera de esos de compromiso y en plan adiós muy buenas, sino las notas de una melodía que me resultó familiar. Cuando al cabo de media docena de bocinazos por fin caí en la cuenta casi se me saltan las lágrimas. Lo que estaba sonando a los cuatro vientos desde la cubierta del Sun Princess era la melodía de Vacaciones en el mar.

A pesar de que nunca he sentido la tentación de volver a ver uno cualquiera de los episodios de la serie por el temor a encontrarme con que ha envejecido tan mal como lo ha hecho El coche fantástico, lo cierto es que hubo una época en que no me perdía ninguno. Es verdad que entonces tampoco había mucho más, pero incluso hoy, por mucho que algunos la recuerden con cruel condescendencia, no puedo dejar de recordar que por el elenco de artistas invitados de Vacaciones en el mar pasó la mitad de ese Hollywood que hoy admiramos tanto. Y solo por el hecho de que fue allí cuando vimos por primera vez, aunque entonces no fuéramos conscientes de ello, a Chiquito de la Calzada, ya soy todo suyo. Venga otra vez esa sirena.

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“Yo soy un escritor de artículos cortos, cosa terrible, porque los artículos cortos se leen”. | Julio Camba